Jak death 3

EL PASADO DE UN DEMONIO.

-Padre, ¿Qué quieres?

-Hijo, tu fuerza siembra el terror entre tus propios hermanos. Sabes que muchos de los nuestros cayeron bajo sus flechas. Quiero evitar otra matanza.

El pequeño demonio odiaba a sus hermanos, odiaba a los ángeles, odiaba el mundo… Pero seguía a las órdenes de Lucifer, su padre. Salió de la caverna y subió poco a poco por el sendero. Las lágrimas caían sobre su rostro. Odiaba vengar a aquellos que siempre le maltrataron, pero la sed de sangre era su naturaleza. Esta vez su naturaleza le venció, sus flamas acudieron a sus manos y sus botas empezaron a quemar la propia roca. Se dejó llevar; el odio corría entre sus venas, la ira centelleaban entre sus ojos. Ahora nadie volvería cruzarse en su camino.  Salió al exterior en busca de los ángeles, pero no los encontró. Pagó si ira derrumbando la puerta de San Pedro con su rugido. Las llamas entraron salvajemente, arrasándolo todo a su paso. El tiempo se detuvo…

-¿QUAL ÉS TU NOMBRE?

-Mi nombre no es de tu agrado, igual que mi naturaleza.

-JOVEN GUERRERO AÚN NO HAS CONTESTADO MI PREGUNTA.

-No tengo nombre, pero estoy aquí porque mi padre me envió a matar a los que arrebataron la vida a mis hermanos…

-¿Y VAS A HACERLO? LEO EN TU CORAZÓN QUE NO TE GUSTA LA IDEA.

-Es cierto, pero no tengo elección. El me matará si no cumplo sus órdenes…

-TUS HAZAÑAS LLEGARON HASTA MI, TU FUERZA ES TEMIDA Y ODIADA ENTRE MIS HIJOS. TU TAMBIÉN ARREBATASTE LA VIDA DE LOS ÁNGELES QUE ES SU DIA HABITARON ESTAS NUBES. YO HE ELEGIDO NO VENGARME, AL CONTRARIO, VOY A PERDONARTE. AHORA VE Y DILE A TU PADRE QUE TE DEJE LIBRE. LO DICE SU SEÑOR…

Fuertes vientos soplaron arrastrándolo hacia las puertas del infierno. El miedo recorría su cuerpo, aquel poder era temible. No era poderoso, no era algo bueno ni algo malo, era diferente. Era un poder de paz, paz que era mejor no romper. Así que cumplió sus órdenes y bajó al último infierno, a la caverna de su padre y sin palabras su padre le dejó marchar, pero le preguntó:

-A que es bonito.

-No entiendo.

-El cielo digo. Todo es blanco, todo es puro. Hablaste con mi padre, hablaste con mi SEÑOR. Me echó sin ningún motivo, yo le amaba pero me desterró, todo y por culpa de aquellos humanos desagradecidos que le hacían daño. Y cuando les castigué mi padre me desterró… Y él también es tu padre, pero ahora eres para él un hijo bastardo. Pero su deseo será cumplido, eres libre, quedas desterrado de los infiernos…

Todo se desvaneció convirtiéndose en polvo. Ahora marcharía al cielo para encontrarse con su OTRO padre. Subió y llegó a las puertas, esperó a que le abriesen las puertas, pero nada. Esperó y esperó, pero nada. Nada, hasta que llegaron los ángeles. Le maltrataron, le dispararon flechas y le lanzaban piedras. Huyó.

Soledad, nada más que soledad y el tiempo paró y la Muerte apareció delante de él.