Grito Vacío
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lunes, 23 de mayo de 2011

El corazón de sal

Vámonos al océano a zarpar con nuestro barco, descubramos tierras muertas y recordemos viejas aventuras  perdidas en el océano.Volvamos a soñar...

¿De qué huyes esta vez? ¿De qué tienes miedo?

De nada ni de nadie. Estoy harto de este mundo gris, de tierras muertas donde no se esconde ningún tesoro, donde no hay ciudades que saquear.

Así que huyes de tu destino. Que triste. Otra vez la misma historia. El mismo desgraciado, covarde y traidor a su sangre. 

Mi ser tiene ganas de ser quien nunca pudo ser, de ser el corsario aventurero que nunca dejó de ser y que no zarpó en su navío.

¿Quién te ha hecho tanto daño? ¿Otra dama de corazón cerrado?

Lo siento, mal de amores es, cierto. Pero no de una dama. No huyo, voy tras ella. No la dejaré marchar, aunque la parca me pise los talones. Muchos demonios mejores me persiguieron y perdieron.

¿Y de que se trata esta vez?

La noche pasada, en una taberna del pueblo encontré a una diosa. Su voz de ángel y sus ojos de gato cautivaron mi corazón como el de otros marineros. Me miró a los ojos, y estallé en llamas. La pasión de sus besos al viento me bastaron para entrar en el infierno y salir de allí.
Su corazón puro, su piel blanca, sus labios de sangre. Me desarmaron ante la luna. Ella me miró y sonrió. Salió al puerto y me cogió de la mano. Se zambuyó en el océano y escamas de oro cubrió sus piernas. Una sirena. Sus sed de sangre me arrancó el corazón. Pero luego me dijo que la siguiese. Ella es ahora mi dueña...

¿Así que esta vez es una sirena?

Si

Vaya, esto es más prometedor de lo que parece.

¿Enserio?

No, es una mierda....

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