El Filósofo de las Rosas...

Mis años adiestran mis manos. Tuve una pasión que acabó en un chasco, las lágrimas me hicieron reír. Decidí embellecer mi mundo convirtiéndolo en un jardín. Pero tú volvieste entre aquellos hermosos pétalos blancos. En el fondo de mi alma un tremendo rosal surgió de aquellos recuerdos que dejaste en mi. Mis lágrimas lo hacen crecer. Siento cada punzada como una espada en el alma. Tan bella, tan hermosa y tan dolorosa; quiero seguir vivo pero tu recuerdo me vuelve a hacerme retroceder. Entre sonrisas oculto mi dolor a la vista, así soy feliz. Perseguí sueños que se convirtieron en arena, pero me levanté; te perseguí y jugaste con mi corazón de tela. Solamente tú, tu belleza me traicionó, tu belleza me hizo contemplarte, tu traición me hace amarte aún más. Mi dolor, tu amor. Esto es un gran jardín y mis lágrimas riegan cada una de las flores de este paraje. Pero sonrío al ver el rosal en el centro, junto a la fuente de agua cristalina. Esa fuente que secó mís lágrimas...