Tú entraste en mi mundo. Al principio no quería conocerte. Me lanzabas miradas que travesaban mi alma y yo no podía descifrar… Algunas querían matarme otras derretirme. Me leías como a un libro…
Llegó la tormenta y tú me apretabas como nunca antes alguien me había apretado contra sí. Era como si no me quisieras soltar…
A la caída de la noche nos acostamos a la luz de las estrellas. No tardaste en notar mi incomodidad.
Encontraste la llave a mi cámara de los secretos. Giraste la llave con mucho cuidado y no abusaste de los secretos que habían escondidos allí dentro.
Escuchaste… notaste mi miedo… y me lo quitaste…
Recuerdo como juntamos las manos y luego se acercó algo que hasta hoy no sabía que se convertiría en un recuerdo… el frío amanecer junto a ti…
Solo me hacen falta tus palabras y se ilumina mi mundo…
Antes no quería ni verte…
Ahora me muero por volver a verte…
Para ti Werwolf…
Wahrheit
Y para ver el amanecer encontré las respuestas en el ocaso de nuestro adiós
ResponderEliminar