Se adentra el veneno...

Duermo en mi escritorio, me cubren los papeles. Las letras ahogan mi susurro. Al mismo tiempo veo como les insuflo vida, penetran en mis sueños y se adentran en terreno pantanoso. Han cruzado la frontera, han roto las reglas pero ya son demasiado fuertes. Se adentran en mi alma, se acercan a tí. Por favor, no les hagas daño, no podría vivir sin tenerlas a mi lado. Haré lo que me pidas, no permitas que nada de mí les haga daño. Su miel curó nuestras heridas, ¿recuerdas? Ahora deja que se nos acercan un poco más...

Y en el mar de sangre, de sudor y dolor, un barco desafió a toda norma. Provistos del valor y el estúpido orgullo avanzaron hacia la muerte segura. Las tranquilas aguas escondían las más bellas sirenas y su terrorífico canto, criaturas diabólicas de las que nadie se atrevió a nombrar. Las nubes son atraídas por el viento frío, las espadas cortan el aire sedientas de muerte. Viejo lobo de mar que desafías a todos con los que te cruzas, maldito. Ahora yo soy el océano con el que estás navegando, estás a mi merced. Estás en mi cárcel. Tú no puedes ponerte a mí nivel. Estás en mi tablero de ajedrez, es mi regalo.
Reservé todo mi odio, mi ira, mi venganza solo por tí. Tu barco ya bambolea, crees que podrás avanzar. Eres el más arrogante y te voy a dar una lección que jamás olvidarás...