Pensando en el futuro recuerdo el pasado. Miro, me enfrento a mi espalda y las lágrimas se esconden dentro de mis ojos. Soy mi propio enemigo, soy el mismo que me quitó lo que más amaba. Pero me di a mi mismo algo por lo que avanzar hacia atrás.
Todos andan hacia el futuro, la luz brillante. Me enseñaron a andar pero yo solo sé correr como un galgo. Mi presencia en este bosque no es grata, nunca nadie me dijo que buena sería. He subido las montañas del infierno para ir a tu encuentro pero la verdad es que dudo poder llegar hasta arriba. Y tus simpáticas palabras me hacen entrar en calor hacia ese frío del alma que me aterra.
Te agarro la mano, el mundo es mi enemigo pero sigo estando a tu lado. Miro tus ojos marinos te arrastro entre la multitud. Yo sonrío y me sigues. Un torrente salvaje de gente va en dirección contraria, te agarro con más fuerza. La gente de nuestro alrededor murmura a nuestro paso, el tiempo danza entre cada uno de nuestros pasos. Pero te detienes, me miras y sonríes. Nos encontramos allí. Miraste a los lados. Y decides aligerar el peso y te perdí entre la multitud... Te has rendido, eso no vale.
¡No! Me despierto y me veo acostado en una de las laderas. Aún no he conseguido salir del infierno. Solo veo aguas muertas a lo lejos. Siento que tus ojos siguen clavados en mí. Salvando mis últimos recuerdos del fuego me empiezo a hartar de tanta mierda y tan poca imaginación. Quiero comer libertad para escupiros en vuestra oscuridad. Voy a arrancaros vuestras alas y hacerme un cojín de plumas. Voy a comer rayos y truenos y pienso engullir vuestras patéticas vidas. Esto es un juego en el que siempre ganais, ahora es cuando estáis a mi altura.
Preparaos habéis besado mi veneno, ahora vuestro acero tiembla. Ahora yo soy un dios y vosotros mis piezas de ajedrez en mi juego. Me arrebatasteis mi reina blanca, mi amor imposible ya que yo soy el REY NEGRO...
Todos andan hacia el futuro, la luz brillante. Me enseñaron a andar pero yo solo sé correr como un galgo. Mi presencia en este bosque no es grata, nunca nadie me dijo que buena sería. He subido las montañas del infierno para ir a tu encuentro pero la verdad es que dudo poder llegar hasta arriba. Y tus simpáticas palabras me hacen entrar en calor hacia ese frío del alma que me aterra.
Te agarro la mano, el mundo es mi enemigo pero sigo estando a tu lado. Miro tus ojos marinos te arrastro entre la multitud. Yo sonrío y me sigues. Un torrente salvaje de gente va en dirección contraria, te agarro con más fuerza. La gente de nuestro alrededor murmura a nuestro paso, el tiempo danza entre cada uno de nuestros pasos. Pero te detienes, me miras y sonríes. Nos encontramos allí. Miraste a los lados. Y decides aligerar el peso y te perdí entre la multitud... Te has rendido, eso no vale.
¡No! Me despierto y me veo acostado en una de las laderas. Aún no he conseguido salir del infierno. Solo veo aguas muertas a lo lejos. Siento que tus ojos siguen clavados en mí. Salvando mis últimos recuerdos del fuego me empiezo a hartar de tanta mierda y tan poca imaginación. Quiero comer libertad para escupiros en vuestra oscuridad. Voy a arrancaros vuestras alas y hacerme un cojín de plumas. Voy a comer rayos y truenos y pienso engullir vuestras patéticas vidas. Esto es un juego en el que siempre ganais, ahora es cuando estáis a mi altura.
Preparaos habéis besado mi veneno, ahora vuestro acero tiembla. Ahora yo soy un dios y vosotros mis piezas de ajedrez en mi juego. Me arrebatasteis mi reina blanca, mi amor imposible ya que yo soy el REY NEGRO...
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