Nunca dijimos que este fuese el final.

Este es nuestro modo de ver el mundo, un valle de lágrimas. Un lugar dónde el amor que nos hace derramar lágrimas de tristeza es un símbolo de cobardía. Ignorantes, este es nuestro mundo, ¿ y qué más nos da?, somos aprendices de vagabundos y necios soñadores, aprendimos de la historia con las canciones de antiguos juglares y de maestros empuñando jarras de vino, aquellos que vieron el mundo tras el fondo de un vaso. No somos más que la escoria del mundo, ¿y qué más nos da?, somos tesoreros de sueños imposibles, de grandes imperios. No existe para nosotros otro camino que el que hacemos con nuestros pies y nos abrimos paso con viejos acordes de una guitarra desafinada y el huma de los cigarrillos. Sangramos como los demás, pero nosotros reímos. Morimos como cualquier otro, pero lo hacemos sin antes luchar con una sonrisa y gozando de la vida. Perderemos, es inevitable, pero ofreceremos mucho y esto solo acaba de comenzar.