Me tumbo en la cama, contemplo la ventana. Todo sigue igual, soy yo el que ha cambiado. El sol aparece insolente entre los edificios de esta patética ciudad. Un nuevo día. Otra vez la misma historia, pero esta vez distinto final.
LLega la noche y la gente me observa insultante, inquieta... Sus susurros ahora son gritos para mis oídos. Espero sentado en un banco, mi fiel cigarro me consume poco a poco, mi sombrero me protege de los rayos de la luna. Ahora si que empiezo a volver a sentir... Siento que tú ya no estás, siento que la lejanía me mantiene en silencio, sigo teniendo hambre y tu no me diste de comer. No hubo tiempo. Miro al cielo, me preguntaste quien era yo, no supe como contestarte, pero tranquila algún día lo haré, solo ten paciencia.
Busco a ciegas mis gafas de sol, no quiero que me vean llorar. Una lágrima resbala por mi mejilla. Sonrió, ha vuelto mi humanidad. ¿Estoy triste? ¿Qué es esto? Seguro que otra broma del destino, parece tener un sentido del humor un poco pésimo, pero estoy acostumbrado. Solo sonrío.
Me levanto y empiezo a andar, me cuelgo la chupa sobre el hombro y reflexiono. El viento sopla cada vez con más fuerza. El parque seguía desierto, las horas pasaban. Hacía rato que los críos habían marchado a dormir. Bueno, parece que ya ha llegado la hora. Mi mirada se postra en una farola, veo una sombra. Me está siguiendo. Hace rato que lo había visto. Meto la mano en el bolsillo de mi chupa y cargo el revólver. Y un trueno metálico da el pistoletazo de salida. El juego empieza de nuevo. La tormenta a vuelto, esto ya empezaba a ser aburrido.
Pero aquella sombra ya no estaba. Werwolf, sigue dentro de mi ser, él sabrá que hacer... ¿Estás mejor ya?
Si, gracias.
Hay trabajo, esto vuelve a empezar. ¿Quieres participar?
Si, pero espera a que vuelva a salir la luna. Entonces empezará la cacería. Esto va a convertirse en costumbre.
Creo que tienes razón. Pero bueno, ¿qué le vamos a hacer? Solo hay que disfrutar. Que empieza el nuevo asalto.
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