El cielo de la noche me cubre y protege del frío. No hay ya más tristes lágrimas de las nubes. Tengo mis cuernos afilados y mis garras piden sangre. Hay voces que me piden venganza, corro entre los árboles escondido como una bestia.
Hay gente que espera encontrar mi cabeza clavada en una estaca. Mi sangre seca en el pasado. No quedan más asaltos en esta guerra, es hora de ganar la batalla.
Pero las lágrimas corren como el agua del río. No habrá más gente que beba mi sangre. Porque estoy muriendo y quiero hacer acopio de todas mis fuerzas, en mi último golpe solo sonaran los vientos enfurecidos.
Salto, me escabullo buscando tu cálido abrazo entre la multitud. Busco un beso, tu suave tacto, tus delicados suspiros. Me levanto del suelo y grito. Por ti me rebelaré contra esta sociedad, por ti nunca habrá un "lo intentaré" solo habrá sitio para "lo voy a conseguir". Me das fuerzas, me debilitas, me haces como la roca pero ante ti me vuelvo blando.
Tú me haces avanzar, tú me hacer caer en el fango para luego arrancarme algo blando de mi, algo rojo y que late.
No sabes lo que me has hecho pasar. He conocido el infierno muy a mi pesar. Con mi tristeza derrumbé las puertas del inframundo. Cerbero se postró ante mi ira, solo me queda volver a subir la colina.
Espérame ya falta menos. Las distancias antes o despues se vuelven cortas. Esto se ha vuelto personal...
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