Miro el cielo oscuro, es de noche, claro. Estoy enfrente de la misma puerta. Estoy mirando como encienden las mechas. Otra vez esos molestos chirridos, son irritantes; pero al menos le añaden emoción. Esta vez no cruzaré el umbral solo. Esta vez me acompaña mi propia llama. Una llama que alumbra más allá de las montañas.
Mi sonrisa se desvanece, el viento se lleva todo mi mal y esconderlo hasta que vuelva a marchar. Enciéndome mi cigarro y marcho hacia el infierno con una mochila a la espalda. Una libreta esconde mi alma, en mi tintero escondo mis sueños, en mi pluma cada una las palabras envenenadas que tejen mi mundo. Quiero esconderme, pero el camino no me deja ni sentarme. Aquí el aire me ahoga y quiero que todo estalle.
Cargado con un sueño que no es mío, es como algo llamado destino. Soy un error de la naturaleza. No tengo valor, soy un cobarde y además imbécil. Si no lo fuese no estaría aquí. Estoy mirando todo este angosto paisaje. No quedan más piezas para este rompecabezas. Así que es hora de leer otro cuento. Otra palabreja resuena en mi mente. Tropiezo con los huesos de alguien que están esparcidos por el suelo.
Tumbado miro el cielo boca arriba y las nubes cubren todo este cielo azul metálico. Empieza a subir la temperatura, me quito la camisa. Corto las perneras de mi pantalón a la altura de las rodillas. Pero vuelvo a poner mis ojos al cielo, huele a pólvora. Así que ha llegado la hora. La vida me clavó un puñal y ahora en mis ojos brilla la vida. La rabia me consume y mi venganza será lenta y suave. Aún tengo un puñal y mi herida aún no ha cicatrizado. Ya no me quedan metas, este es nuestro final....
Y el cielo me envió a todo su ejército. Ellos saben que soy peligroso. Se la verdad y eso no les gusta ni un pelo... !!Que comience la orgía!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario