El frío se ha sentado frente a mí y me ha mirado a los ojos. Noto como el viento se agita. La tormenta está encima. La guerra ha comenzado, ellos se la buscaron. Que no vengan a mí en busca de ayuda, ellos no lo hicieron conmigo.
Lucha a oscuras contra su pasado. Pero no lo teme, o eso aparenta. Tiene las mejillas rojas, el pelo al viento y quiere correr. No le gusta llegar tarde. Corre como si no hubiese mañana. Eso nunca lo olvidaré, "como si no hubiese mañana" Así que la acompaño, miro hacia atrás y allí están los demás sonriendo y siguiéndonos. Hay tantas cosas que quiero decirle, hay tanto que me gustaría escuchar. Hay demasiado para simplemente olvidar.
Nadie le resolverá los problemas, nadie la protegerá. Ella es fuerte como el hierro. No tiene miedo y si lo tuviese le regalaría su mejor sonrisa. Tiene hielo en la sangre, fuego en el corazón. Odia llorar, quiere olvidar. Pero ella sabe que eso nunca sucederá o eso creo.
No se quién es, no se que quiere ser ni lo que fue. Pero con su tinta hará del mundo un lugar más bello. No me quito de la mente sus palabras y menos su sonrisa ni el frío viento ni el olor del humo, su voz vibrante, sus besos, esos mordiscos, el golpe.
Hoy no quiero dejar jugar al destino en mi mesa. No tiene cartas, no tiene nada que apostar. No quiero perder. Quiero jugar a ganar aunque sea una vez. No hay tiempo. Quiero oír el rasgar de la pluma contra el papel y desgarrar esta realidad tan falsa...
Nunca confíes en el destino, porqué es él quien decide el juego al que hay que jugar. Así que juega como si fuese el último día y sin perder el ritmo.
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