Grito Vacío
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jueves, 2 de junio de 2011

Siempre estoy ahí...

Un nuevo rastro de sangre marca mi destino, a veces creo ser profeta de desdichas. Una estrella maldita me vigila y me observa. Árboles secos, bañados por las orillas de un lago teñido de sangre.
Te sientes solo. No hay nadie a tu lado. Ves que el mundo te vuelve a golpear y te tumbas al lado de la orilla del río. Tu sangre no ha dejado de correr, tu corazón aún no ha dejado de latir. Una ráfaga de odio golpea tu corazón. Creíste que pararías el golpe, pero te derrumbaste. Me mentiste, falsos testimonios me dijiste. No creas que lo he olvidado. Llora mientras puedas, no tienes más opción.... ¿o sí? Ahora me siento a tu lado y te contaré mi secreto:
La gente me llama bestia porque adoro a la luna cada noche en la que ella está llena. Sigo llorando a la luna, sin ninguna lágrima que derramar, solamente un triste llanto resuena en mi cantar. Un aullido me hace mirarte, siempre que te busco ahí te encuentro.
Soy diferente, lo soy porque me quisieron hacerme como ellos... a veces me arrepiento de algo que quiero.
Mantengo un secreto, algo perdido en el tiempo algo que me oprime el pecho y me encadena a la tierra. Mis secretos ya pudren mi alma; ya no me quedan más lágrimas, no lloro por más que quiera. La gente se atreve a llamarme fuerte, pero no saben lo que soy en verdad... soy como ellos, mortal, humano, alguien a quién pueden herir con una palabra. Pero me tienen miedo, mi voz es capaz de hacerles callar, mi rugido les hace temblar y eso a veces me duele.
Solamente me queda vagar como siempre, con mi mochila en el hombro y esperar a la luna nueva, solamente la tengo a ella. De fondo oigo el canto de una sirena que embellece el paisaje, está sentada en la orilla de la playa. Sus melodías notas me hacen renacer. Pero la herida en el pecho, la cadena de mi alma me ata a este mundo como un pobre ejecutor de su voluntad, sin voluntad, sin razón, sin identidad... sin libertad.

Me hacéis cargar con vuestros problemas, os ayudo a afrontarlos y lo hago con mucho gusto, pero habéis de saber que yo también caigo estrepitosamente contra el suelo y nadie me ayuda a levantarme. Así que ahora no me dejéis sin escucharos, porque ahora no quiero dejar de oíros....

Gracias Mondschein y Meerjungfrau

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