Grito Vacío
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jueves, 22 de diciembre de 2011

Y el juglar empezó a narrar

El juglar comenzó a narrar la historia de su lucha...
Suave sentimiento baila al compás de la guerra, muchos lo ven danzar y miran expectantes cuando una espada les atraviesa el corazón y sus extremidades se entumecen y el frío los envuelven. Un grito desgarra las llamas, el caos les hace beber del vino que vierten a cada cuchillada que les hace cuando el ángel se los lleva a la oscuridad donde sus fusiles sacan el fuego que mata.

En el mundo de hielo, las mentiras pudren mi corazón. Fui otro eslabón que orgulloso vestía los colores de una bandera que ahora la veo y me da vergüenza. Pero entonces llegó el día donde vi que la mentira ocultaba la hostia bajo la falda donde las deudas se pagan con sangre.

A los poco días yo ya estaba sin hogar, sin sueños a los que poder amar. Con palabras teñidas de rabia, con papel y una melodía en mi cabeza perdí los estribos y eché a andar. Con las sombras de la calle, con el hambre que me despierta las noches en que alguien duerme a pierna suelta, encuentro a otra rata que manda en esta ciudad.

Su traje, su corbata, su pelo engominado y su asco hacía mí me hacen darme cuenta ya estaba rodeado y de nuevo humillado. Me traicionan los mismos perros, me humillan en público y me marginan. Pero en el fondo quiero que me acepten. Vale, era broma.

Mi orgullo de perro, mi sentido estúpido de el honor, toda la venganza que se prende con la rabia. Llámame imbécil, pero quiero que ardan. Me han infectado veneno, me han tirado al barro y han violado mi alma. Ahora quiero arrancarles las palabras monstruo con el miedo. Quiero ser el demonio que busquen en el armario. Por eso ando por este valle. Quiero volverme loco, el dolor me mantiene despierto. El odio me vuelve astuto. El rabia me hace cargar mis puños de algo más que algunas monedas, ahora me traerán vuestros dientes...

La princesa le miró a los ojos y vio la soledad y la tristeza. Ninguna chispa de rabia. El juglar, con palabras mantenía su máscara. Pero dentro de él vio su imagen reflejada en esa princesa y ahora quiere evitar que de ella nazca otro monstruo. Miró sus manos. La miró a ella. Iba a ser un demonio, alguien con fuerza, con magia dentro de la chistera. Iba a convertir el mundo para que ella no perdiera la esperanza. No es amor, solo quiere ver una sonrisa. Ahora que tiemblen las rocas, para él ya no hay escusa para empezar a luchar....

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