No
voy a ser sumiso ni de mí mismo. Esta vez dejaré crecer mis alas. Y aunque me
salgan cuernos y mis ojos se vuelvan de cabra, volaré más alto que nadie.
Escupiré llamas que evaporarán los océanos. Dejaré que mis alas y los vientos
me lleven a donde me espere mi destino.
Me
permitiré amar y odiar. Todo a la vez, pero despacio. Poco a poco y que sea de
verdad. Sin pensar voy a dejar de ser yo mismo para abrirme paso a nuevos
rincones de mi cabeza. Y aunque todo se vuelva humo mientras se amontona la
arena del reloj, este sentimiento es real.
Lo
primero que haré, será ir solo a algún lugar abierto. Que me dé el viento en la
cara, el sol en mi piel. Que haya nubes y no se escuche nada. Y soltaré un
grito de mis entrañas. Sin miedo y sin que nadie me escuche. Sin temor ni
vergüenza. Que brote y se expanda. Aunque me quede sin voz, aunque me muerda la
lengua. Todo lo que salga será pura y llanamente mi esencia. Quedarme hueco por
y para dejarme llevar por mis peculiares huellas que dejé para no perderme.
Pienso
que ya tengo un objetivo; un medio y un lugar. Romperé la imagen mental de mi
alrededor para volverlo video. Con sus voces, sus ruidos y el gilipollas que
enseña el dedo corazón al cámara.
Y para a quien no le guste: jeje Saludos! ¿Pa’
k tu kiereh saber esoh? Subnormal.
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