Grito Vacío
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lunes, 28 de octubre de 2013

Este texto es bastante patético.

Eran las once de un sábado. Los críos se iban a casa a acostarse y los adolescentes salían. Unos jovencitos salían como los demás. El humo, la bebida, el sudor y las luces de aquella noche fueron especiales, se los llevaron a todos a un parque. Aún recuerdo aquel día... 

Estábamos sentados en un banco bebiendo y contando historias. Éramos nuevos en esto y decidimos jugar a un juego. Decidimos pasar la noche en un parque que estaba cerrado. Os prometo que yo no sabía nada, yo solo quería beber y  disfrutar, la masa arrastraba mis pasos hacia dentro.

Los ojos verdes de una de las muchachas me sedujeron. Estuve observándola toda la noche. Sus labios eran de un rojo tan brillante que aún sin luna brillaban. No eran naturales, pero su salvaje mirada aún era más fiera. Yo estaba sentado y fumando mi segundo cigarrillo aquella noche. No me acuerdo si fue el último. Esa mujer nunca estuvo sola en toda la noche. Y eso me molestaba. Yo quería tenerla cerca y mirarla. Tener enfrente esa mirada. Quería ver más allá, acariciarle el pelo negro, beber con ella y escucharle decir mi nombre. Pero uno de los allí presentes, se adelantó a mí.

Ella pareció darse cuenta de mis miradas indiscretas. Yo aún era un novato. Pero ella me dedicó una sonrisa y algo dentro de mí, creció, se hizo más grande. Al cabo de un rato, ella se acercó donde yo estaba. Me ofreció otro trago. Era bastante amarga aquella cerveza. Le ofrecí una calada y ella me miró, exhaló me dio un beso pasándome aquel humo. Cerré los ojos instintivamente. Pero al abrirlos, vi una mirada felina. Unos ojos traviesos y ardientes. No se que hice en aquel momento, pero solo recuerdo la luna llena. 

Y aquella hermosa dama jugaba con su lengua de una manera mitológica.

Mis labios tenían sabor a sangre y no era mía. Yo quería agarrarle los muslos y morderle. Sentí como algo dentro de mi cuerpo se rompía, sentí que quería saltar, rugir y aullar. Quería correr y sobretodo su sangre. Y descubrí un nuevo mundo de olores, un mundo de placeres, un mundo lleno de dolor... Sentí que de verdad ahora mis sentidos estaban despiertos. Sentí que de verdad estaba vivo y me gustó. Era una mezcla de éxtasis, cerveza y mucho humo... 

En aquel momento me di cuenta que debía de salir a correr. En aquel momento vi como de grande y hermoso podía ser el mundo. Era momento de nacer y gritar. Volvía a estar despierto. Volvía para quedarme, ahora yo sabía que debía volver a escribir...

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