Grito Vacío
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domingo, 17 de junio de 2012

Incluso si los cielos se hacen ásperos.

Ir al baile agarrado de tu mano, besarte en la mejilla y bailar toda la noche. Querer llevarte a la orilla al lado del puerto y escondidos entre nuestros abrazos, acariciándonos y mordiéndonos mientras jugamos con la mirada. Amarte hasta que salga el sol y a pesar de que no soy de tu tierra y ser un trotamundos andante, se que tienes un castillo del que hoy te dejaste las llaves dentro. No tengo casa ni cama a la que llevarte, por eso te tumbaré en la arena, para así ver el amanecer, enredado en tu cabello. Quiero escribir un te quiero en más de una línea, en forma de poesía pero soy otro desgraciado que no sabe echar los dados en este juego de azar. Demasiadas cosas cargo a mi espalda, demasiadas miradas puestas en esta jugada, en este juego entre juegos, esta es nuestra gran hazaña.

Porque hoy bebo a tu salud, porque hoy quiero encenderme un cigarrillo y lamer tu cuello. Y que cuando nadie me vea, arrancarte de un bocado un trozo de corazón y tomarte en esta noche de luz de luna. Suaves tragos de ron acompañados por el vibrar del viento. Te veo sentada viendo el horizonte y la luz del sol directamente a los ojos. A veces te juro que no te entiendo, tienes la sonrisa del cielo y las lágrimas del vino. Quisiera protegerte pero siento que no quieres que me acerque, siento que este no es mi lugar. Así que echo los últimos troncos a las llamas, tan pronto se va la luna, mi corazón se convierte en cenizas y me pongo el disfraz de bufón para hacerte sonreír.

Que tal vez nunca conozca el cielo, que tal vez jamás pueda acariciar una nube, pero esta noche fuiste mía y no necesito nada más que otro sorbo de esa botella que tienes entre los dedos y que besas con tanta pasión. Porque aún sabiendo que no me quieres sigo siendo de acero, que sigo siendo el mismo de antes. El tonto que sonríe por ver como se mueven las manecillas de un reloj. Que es feliz con solo ver sonrisas. Ser el que pierda, al que le lancen piedras, pero mientras me las lancen a mí, nadie tocará tu piel de seda. Porque bebes de mi felicidad, porque me das calor y siento que nada me puede dañar. Que puedo hacer estallar las cosas con solo tocarlas. Sonreírte, llevarte al baile y hacerte la princesa. Liarme un cigarrillo y entre tus suaves labios. Llevarte otra vez a la costa y repetir la historia bajo la luna.

Y el tiempo es tiempo y tus ojos vuelan de nuevo directamente hacia el cielo. Vuelves a elevarte hacia arriba, me pides que te agarre la mano e irme contigo hacia los más alto. Pero yo soy otra persona, soy un cualquiera que no quiere volver a volar con las alas de otra dama, aún soy débil. Te sonrío y cierras los ojos, me besas y te elevas entre el humo de mi último cigarrillo. Tus plumas cubren ahora mi cielo, tu olor es mi viento. Ahora vives a la izquierda de mi pecho. Te guardo escondida como figurilla de cristal de la que no me voy a desprender. Ahora marcharé de nuevo solo, zarparé y viajaré hasta el horizonte. Me gustaría volver a encontrarte, pero tú eres un ángel y yo otro navegante sin destino.

Y en esta noche de paz y llamas, el mal de dentro de mi ser se convierte en cenizas. Y como si del último día se tratase, te agarraré de la mano y juntos saltaremos a las llamas. 

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