Esa
pregunta es la que me ha estado rondando la cabeza últimamente. Con ella he
pensado que tal vez sea tanto el cemento, el asfalto y el metal lo que nos ha
vuelto tan fríos e insensibles. Pocas veces nos detenemos a escuchar las
historias de personas ajenas a nosotros. No nos paramos a escuchar lo que nos
rodea y nos evadimos en nuestro individualismo.
También me viene a la cabeza una
cita del autor Terry Pratchett, en la que decía que las personas nos recordamos
que somos personas al relacionarnos con otras personas. Pero yo pienso que no
es solo eso. Creo que ser persona es un pensamiento que nos da forma y que
nuestra forma también acota nuestro pensamiento. Con ello y relacionándolo con
lo de antes, pienso que lo que nos envuelve también nos define, pero ya no sólo
lo que nos rodea, sino que también nuestras experiencias. Nosotros hemos sido
tallados por nuestro pasado y presente. Y por esas mellas, condicionan lo que
viviremos.
Tal vez no hay un concepto que
defina a una persona, sino que el mismo concepto sea algo que cambie
constantemente. Un concepto que cada vez se renueva, pero sigue conservando lo
que era. No lo sé.
Por estas cosas vale la pena detenerse
y mirar a tu alrededor. Hay cosas que uno no se plantea si no mira lo que le
rodea. Si no escucha, si no camina sin rumbo.
¿Qué nos vuelve personas? A lo mejor
somos solo personas y punto.
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